• FICHA ARTÍSTICA

    Música de Georges Bizet

    Libreto de Ludovic Halévy y Henri Meilhac

    Orquesta de Cámara Terrassa 48,

    dirigida por Xavier Puig

    Puesta en escena por Jaume Villanueva

    Coreógrafo Kevin Donaire

    Coreografías inspiradas en el universo flamenco de Eli Ayala y Nacho Blanco

    Diseño de vestuario Montse Miralles

    Vestuario y utilería Anaïs Roca

    Iluminación Iris Rodríguez

    Caracterización Laura Liñán, Mary Cortés

    Regiduría Juliana Tauber, Aina Delgado

    Directora de producción Marina Negre

    Violín concertino Quim Térmens

    Maestro del coro Miquel Villalba

    Maestros repetidores Jordi Romero, Montse Pujol, Daniel Vidal

    Iluminación técnica IMESDE

    Vestuario y atrezzo Rafató Teatre

    Traductor Jordi Monfort

    Fotografía, video e imagen gráfica

    Asimétric Films, Biel_fpv, Octavi Brull

    Anna Martínez, Bernat Arcusa

    Comunicación Jeloudoli


    Òpera Popular de Barcelona, compañía estable:

    Caitlin Redding, Carmen 

    Nacho Guzmán, Don José 

    Joan García Gomà, Escamillo 

    Alexandra Nowakowsky, Micaela 

    Danil Sayfullin, Zúñiga

    Laura Coll, Frasquita 

    Maria Jurado, Mercedes 

    Adrià Mas, Remendado 

    Jordi Ferrer, Dancaire 

    Alejandro Chelet, Morales 


    Coro y ballet de la Òpera Popular de Barcelona

    Con la colaboración de los alumnos y alumnas del Conservatorio Profesional de Danza del Instituto del Teatro de la Diputación de Barcelona

  • SINOPSIS

    Nuestra Carmen es la crónica de un homicidio, del asesinato violento de una mujer.

    Robada al imaginario de Luís Buñuel, la mise-en escène se nutre del jerez agrio de los tablaos de las Ramblas y de la fragancia de naranjas y de mar que tiene el regusto amargo de la absenta  de los prostíbulos de Barcelona, puerto de contrabando y de esclavos de una miseria secular más intensa todavía durante la dictadura del general Franco.

  • NOTA DEL DIRECTOR ESCÉNICO

    La maté porque era mía. Crónica de un crimen de violencia de género.


    Amarga y siniestra, exenta de anacronismos que la releguen a la condición de costumbrista, nuestra Carmen busca ser la crónica de un homicidio, del asesinato violento de una mujer.


    Tomada de la imaginería de Luis Buñuel, la "mise-en-scène" se nutre del jerez ácido de los "tablaos" de las Ramblas y de la fragancia de naranjas y mar que tiene el regusto amargo del ajenjo de los prostíbulos de Barcelona, puerto de contrabando y de esclavos de una miseria secular más intensa aún durante la dictadura del general Franco.


    La Barcelona más sórdida de los años sesenta es el laberinto por el que transitan una prostituta teñida de rosa, un torero ascendido a la categoría de Dios y un pobre guardia civil borracho y rengo inválido de guerra.


    Carmen y Escamillo son la alegoría involuntaria y premonitoria de Manolete y Lupe Sino: el torero más grande de todos los tiempos y su experimentada amiga. Lupe Sino, una mujer de pasado inconfesable, injuriada públicamente por la madre del torero y escarnecida por la opinión pública en general. A Lupe la ajustician mediáticamente hasta convertir su vida en un desastre. La lujuria del aroma de un cigarro confunde, a menudo, el perfume acre de la sangre del toro que agoniza arrodillado "en el ruedo".


    La analogía entre los sentimientos que el asesinato de Carmen a manos de don José ha suscitado a lo largo de la historia y el linchamiento mediático al que la prensa sometería a Lupe Sino después de la muerte de Manolete en 1947, resulta sorprendente y prodigiosa. Corroborando la moral imperante en la época, la crónica de sucesos justificaría el crimen tildándolo de vindicativo y merecido al considerar la condición moral de Carmen y la animadversión general que suscitaba su comportamiento, su hipotético libertinaje y su relación desclasada con el conspicuo matador.


    En esta concepción esperpéntica y dantesca, centrada en la tragedia de la mujer, la figura de don José y de Escamillo debe resultar ridículamente insignificante. De no haberlos separado los avatares de la fortuna, Escamillo y Don José habrían compartido suerte y destino; son idéntica criatura: cara y cruz de la misma moneda.


    En los años sesenta, los hijos de la España profunda soñaban con ser toreros de rango. Los millones y millones de adolescentes que no conseguían materializar la gloria, podían optar entre emigrar al extranjero, si querían prosperar, o hacerse miembros del cuerpo de la Guardia Civil, fundada por el Duque de Ahumada en 1844 —pocos meses antes de que Mérimée pusiera fin al manuscrito— precisamente para intentar expulsar a los gitanos, contrabandistas y bandidos que habitan la partitura de Bizet.


    Carmen es una metáfora taurina de la lidia entre don José —"un papanatas que se siente grande porque logra escupir muy lejos"— y el diablo que tienta al paraíso: Carmen codiciosa, inteligente y libre al precio más alto, ruborosa como una Virgen perfumada.

  • ARGUMENTO DE NUESTRA VERSIÓN

    Lugar de la acción: Barcelona, el Raval y las montañas de los alrededores

    Época: Años 60 del siglo XX


    ACTO I


    Las Ramblas de la ciudad de Barcelona, entre la fábrica de Tabacos de Filipinas y la comisaría de la guardia civil.

    Micaela busca al sargento don José en el destacamento existente en la plaza. Informada por el cabo Morales y sus guardias de que don José vendrá con el grupo que los relevará, decide volver más tarde para encontrarse con su paisano. Justo después de abandonar la plaza, se produce el relevo por un destacamento encabezado por Zúñiga, con quien viene don José mientras hay una desfile de niños que cantan alegremente.

    Don José es informado de la llegada de Micaela y espera la visita de la joven que seguramente trae noticias de su madre, pero Zúñiga le pregunta detalles sobre otras mujeres muy diferentes. ¿No es aquí, en la fábrica de tabacos, donde trabajan las volubles cigarreras conocidas por toda la ciudad? José lo confirma complaciente, al capitán que presta servicios aquí por primera vez. Entonces suena la campana de la fábrica para el descanso en el trabajo y con las otras cigarreras sale Carmen, la más bella y desenvuelta de todas, a quien tantos hombres cortejan y que entona una canción popular de amor gitano clavando sus ojos en don José, el único que no se preocupa por ella, el único en quien -hoy- ha puesto sus miradas. Cuando el descanso en la fábrica ha terminado y las otras jóvenes han vuelto al trabajo, pasa Carmen muy cerca de la fábrica y lanza una flor al sargento y desaparece. José se ha levantado y observa la flor y sigue con la mirada a la mujer. Micaela se acerca, llevándole una carta, dinero y un beso de parte de su madre. Don José es feliz, porque algún día Micaela será su esposa. Aún no se ha despedido de su amiga de infancia, se escucha un gran alboroto procedente de la fábrica. Las mujeres se precipitan hacia el capitán Zúñiga explicando con gritos entrecortados que Carmen, en una pelea, ha esgrimido un cuchillo y ha herido a otra trabajadora, por lo que Zúñiga envía a José a la fábrica para detener a Carmen. Mientras en el lugar de guardia, el capitán escribe la orden de detención con la cual José llevará a Carmen a la prisión, ella logra conquistar al joven sargento con sus artes de seducción, y él accede a dejarla escapar cuando bajo su custodia será conducida a la prisión, y así ella le promete darle como recompensa su amor, por lo cual ella lo cita por la noche en la taberna de Lillas Pastia, cerca de la Rambla, en el Raval. Cuando Zúñiga viene con la orden de detención, don José deja escapar a la cigarrera según lo convenido. El sargento es arrestado por su falta al deber.


    ACTO II

    Una taberna del Raval, la de Lillas Pastia.

    Lugar frecuentado por Carmen y sus compañeros contrabandistas. Hay mucho animación y alegría. Junto con Frasquita y Mercedes, Carmen canta y baila para los asistentes, informándose por el capitán Zúñiga que José ha cumplido su condena y ha quedado libre. Escamillo, valeroso y temerario torero, hace su entrada triunfal en la taberna.

    Él también es uno de los pretendientes de Carmen, pero ella tiene para él, como para el capitán Zúñiga, una sola palabra, "esperar".

    Mientras los asistentes se marchan, entran dos contrabandistas, Dancaire y Remendado, huyendo de la guardia civil, para "negociar" con Carmen, Mercedes y Frasquita sobre sus "negocios". Juntos distraen a los policías para poder liberarse de ellos y hacer el contrabando sin ser detenidos.

    Todos están confabulados, excepto Carmen, que inicialmente duda de las condiciones del "negocio" y tiene dudas con respecto a don José, quien la ha liberado de la prisión.

    Los astutos ladrones tienen una buena idea para que Carmen se una definitivamente a su causa, persuadir a don José cuando llegue a la taberna de desertar y unirse a su banda, ya que por sus conocimientos seguramente será un magnífico aliado en sus expediciones de contrabando.

    Carmen lo intentará, primero hará que don José jure su amor, luego bailará para él y finalmente lo retendrá astutamente cuando suene la retirada desde el cuartel. José se inquieta porque Carmen pone en duda su amor cuando él quiere volver a sus obligaciones, don José se explica y le confiesa de nuevo su apasionado amor. En vano, ya que ella lo insta a quedarse con ella o alejarse para siempre. José quiere marcharse, pero el capitán Zúñiga aparece inesperadamente en la taberna para ver a Carmen, que se ha mostrado tan esquiva con él. José, poseído por los celos, se enfrenta a su superior.

    Los contrabandistas desarmen a Zúñiga y lo acorralan hasta el final. Con esto, la carrera de don José ha acabado, acompañará a Carmen, reuniéndose con ella y con la banda de los contrabandistas.


    ACTO III

    En las montañas de Montjuïc o Collserola o cualquier lugar de camino hacia la frontera.

    Los contrabandistas y otros emigrantes se han detenido para un breve descanso.

    José debe vigilar las mercancías mientras los demás averiguan si el camino está libre. Carmen, que consulta las cartas sobre su suerte, desprecia a don José; ella sueña con el torero Escamillo. ¿Tienen razón las cartas cuando, de cualquier manera que se coloquen, siempre anuncian la muerte?

    Los contrabandistas continúan su ruta; solo José queda de guardia.

    Aparece Micaela, enviada por la madre para buscar a don José y llevarlo a casa de su madre, que está gravemente enferma. Entonces, Escamillo, el famoso torero, llega a la montaña de los contrabandistas sin previo aviso para visitar a su amada, sin saber que ante él tiene a un enfurecido don José, quien le relata con orgullo su aventura con la bella e inconsciente mujer.

    Solo la reacción de los contrabandistas que están por la montaña impide que un furioso don José acabe con la vida del sorprendido torero. Escamillo continúa sin entender la reacción de don José y, antes de marcharse, invita a Carmen y a los contrabandistas a su próxima corrida en la plaza de toros de Las Arenas de la Ciudad Condal. Cuando todos se disponían a continuar su camino, Micaela le pide a don José que se vaya con ella al pueblo para ver a su madre moribunda. Carmen aconseja burlonamente a don José que se marche, que ella no quiere nada con él, y don José, sintiéndose humillado, la maldice antes de emprender su camino junto a Micaela, jurándole que volverán a encontrarse.


    ACTO IV

    Plaza de toros de Las Arenas

    Una inmensa multitud espera "el paseíllo" de los toreros. Entran las cuadrillas y el pueblo aclama con entusiasmo a Escamillo, Carmen lo acompaña hasta el ruedo. Se casarán. Ahora ama al torero y no toma en cuenta las advertencias de sus amigas ni las amenazas de don José. Pero cuando se dirigen a la plaza, donde la lidia ya ha comenzado, José le corta el paso, le pide que se decida, por última vez le suplica su amor, conjura su fidelidad y le recuerda tiempos pasados. En vano.

    Carmen ya ha tomado una decisión: Ser libre o morir. Y mientras arroja a los pies de José el anillo que un día este le había dado como prueba de su amor, José arremete desesperado contra ella con la intención de matarla en el preciso momento en que el pueblo aclama en la plaza, con entusiasmo, al victorioso Escamillo.

    Don José, uno más de los que creen que las mujeres son objetos de su propiedad, otro de los que piensan que pueden matarla porque era suya.

    ¿Qué pasará con José?


  • RESUMEN DEL ARGUMENTO ORIGINAL

    Carmen se desarrolla en Sevilla.

    La historia gira en torno a Carmen, una bella y seductora gitana que trabaja en una fábrica de tabaco.

    Carmen cautiva a todos los hombres a su alrededor, incluido el soldado Don José, quien se enamora locamente de ella y abandona a su prometida, Micaela.

    Dancaïre y Remendado son dos contrabandistas y amigos de Carmen. Ellos planean sus actividades ilegales y reclutan a Don José para unirse a su banda.

    La relación entre Carmen y Don José se vuelve cada vez más complicada.

    Mientras Carmen desea vivir su amor con Escamillo, Don José cae en la desesperación y la celosía.

    Frasquita y Mercedes, amigas cercanas de Carmen, se preocupan por su seguridad y tratan de advertirle sobre las consecuencias de sus acciones.

    Sin embargo, Carmen es fiel a su deseo de vivir libremente y seguir su propio camino.

    A lo largo de la ópera, Micaela intenta rescatar a Don José de los encantos de Carmen y devolverlo a su vida anterior.

    Don José, atormentado por la celosía, la obsesión y su incapacidad para controlar a Carmen, finalmente se ve consumido por la ira y la desesperación.

    En un momento de furia, Don José apuñala a Carmen hasta la muerte.

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